El sepelio de Kitty
Kitty era una maravillosa compañera para Josefina. No les será complicado darse cuenta de que Kitty pertenecía al grupo de Felis silvestris catus, o sea una gatita doméstica.
Josefina no. Ella era del grupo de homo sapiens. Una fría noche de agosto de 1956 había rescatado a Kitty de entre bolsas de basura donde la arrojaron, seguramente a pocas horas de nacer. Con mucha ternura y tesón le había propiciado los cuidados necesarios y suficientes para que Kitty sobreviviera y creciera sana y fuerte. Sin duda, Josefina fue la mamá del ahora afortunado animalito.
Josefina había quedado sola su alma cuando su marido partió a mejor vida, después de ganar la lotería y escaparse a Brasil con la hija de una amiga de Josefina.
Nunca más lo volvió a ver. No tuvieron hijos y “la Jose” se adaptó a su nuevo estilo de vida más que decorosamente: fue feliz, autosuficiente, sin tener que cubrir las necesidades del que fuera su marido, un vago y chupador que, de no haber ganado esa pequeña fortuna, seguiría siendo un parásito doméstico.
Cuando se fue, sin duda Josefina también pasó a mejor vida.
Rescatar a Kitty fue una nueva responsabilidad, inédita en la experiencia de la Jose ya que en este caso, la gatita era un ser indefenso sin condiciones físicas de sobrevivir. Distinto al caso de su marido, como puede notarse.
La Jose realmente era alguien fundamental para esa pequeña vida y así lo asumió.
Cuando Kitty creció, quizá podría haber sido capaz de sobrevivir por sí misma pero siguió recibiendo casa y comida de la mano de la Jose, claro. A cambio, las constantes manifestaciones de afecto, ronroneos, mimos y compañía que Kitty ofrecía eran recibidas por su mamá humana. La pareja se había consolidado en acuerdos tácitos, sólidos, inviolables y de recíproco beneficio.
Pasaron ocho años y es comprensible el enorme afecto que la Jose prodigaba a su gatuna amiga. Hasta que un día, un domingo de madrugada, inexplicablemente Kitty enfermó, Quizá contagiada por alguno de sus compañeros de especie cuando salía a sus rondas nocturnas o quizá por comer algún alimento envenenado puesto en algún lugar al que visitó, no se sabrá nunca.
El proceso fue violentísimo y la Jose no pudo conseguir servicio veterinario, no los había en domingo en esa ciudad del año 64. No pudo hacer nada, no había procedimiento al que recurrir y finalmente, Kitty murió en la madrugada del lunes.
La casa de Josefina no tenía un lugar en donde pueda ser sepultada la pequeña mascota; por otra parte, de ninguna manera la dejaría abandonada en la basura, ni pensarlo.
Al frente, una obra comenzaba su contrucción y el terreno estaba aún en trabajo de excavaciones, así que sin más, Josefina cruzó y pidió hablar con el capataz. Expuesta la situación, el capataz se ofreció gentilmente a hacer un espacio para la última morada de Kitty.
Josefina, más tranquila, volvió a su casa, buscó una caja adecuada, envolvió cuidadosamente a Kitty primero y luego a la caja, con un hermoso papel rojo al que le puso además un vistoso moño como regalo de despedida.
Tomó la caja y se dispuso a cruzar la calle. No había mucho tránsito pero venía una moto, así que esperó.
La moto avanzó hacia ella, se acercó al cordón, frenó violentamente y también violentamente, sin bajarse siquiera de la moto, el acompañante arrebató la elegante caja mientras el conductor arrancaba raudamente para darse a la fuga con el botín.
Josefina no reaccionó por unos segundos, tras lo cual alcanzó a gritar “¡Kitty, kitty!” mientras hizo apenas unos metros intentando correr al rescate, pero fue inútil. Los chorros estaban a mitad de la siguiente cuadra.
Josefina quedó inmóvil después de su corta carrera, mirando la calle ya vacía y con el corazón latiendo rápidamente. Una pequeña flor que destinaría a Kitty se soltó de su mano y cayó sobre las baldosas, casi flotando, lentamente.
PD: Salvo nombres, “aderezos
literarios” y fechas, este fue un hecho real. Fueron años en los que no se
conocía al “motochorro” generalizado como ahora, era raro pero sucedió de
verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Me gustará conocer tu opinión!
Los comentarios con opiniones responsables, estén de acuerdo o no con lo publicado, serán publicados.
Comentarios fuera de contexto, con palabras ofensivas o agresiones de cualquier tipo no caben en este blog.