martes, 12 de marzo de 2013


Anécdotas de Yerba Buena de ayer

Cosas del transporte público...

Referencia: hablamos de la ciudad de Yerba Buena de la provincia de Tucumán, Argentina.

La "Chorbita", o el tren rural a vapor

En el centenario de la Independencia, o sea en el año 1916, se inaugura un tren a vapor que salía del "centro" en San Miguel de Tucumán y llegaba hasta el pie del cerro en Yerba Buena, recorriendo la actual Avda. Aconquija.

Se trataba de un ferrocarril liviano de trocha angosta. La Chorbita, como le decían.

Los vagones -si no todos, al menos algunos- eran abiertos, así que más de un sombrero o vestimenta se chamuscó con las chispas que volaban desde el fogón de la locomotora y que se posaban, lamentablemente, en los pasajeros.
La Chorbita: fotografía de La Gaceta

Este servicio no funcionó durante mucho tiempo: es levantado en el año 1929. 


Más información acerca de este tema:



El "Trolebús"

En el año 1955 se inauguran en Tucumán los "Trolebuses", o "Troles". Se trataba de vehículos eléctricos que se alimentaban de energía a través de dos cables que eran elevados por resortes hasta el cableado que colgaba de sendos postes de cemento al costado de la calle.

A diferencia del "Tranvía", el "Trole" debía tener dos cables: uno para el positivo y otro para el negativo. El Tranvía sólo necesitaba el positivo, ya que el negativo o "tierra" lo tomaba directamente de las vías a través de sus ruedas de hierro.


Fotografía de "La Gaceta". Muestra la llegada de los trolebuses a la rotonda del pie del cerro, en Yerba Buena. 
Sobre el techo, los "tiradores". Un resorte los elevaba hasta que enganchaban en el cableado eléctrico de la calle.

A pesar de que mucha gente se quejaba del "Trole", yo tengo muy buenos recuerdos de él: un transporte que protege la ecología, silencioso, económico, de energía renovable y muy cómodo, aunque hay que reconocer un aspecto que podía transformarse en algo sumamente grave: los accidentes que se produjeron en los días de lluvia, cuando el exterior del "trole" se electrizaba como consecuencia del agua.  Supongo que la falla no era de diseño, ya que en muchas ciudades (Como Córdoba, por ejemplo), los "troles" siguen funcionando eficientemente.

Además de que "el troley" era en sí toda una novedad, había un detalle especial: en la parte posterior una leyenda advertía a los vehículos que venían detrás: "Ojo: Servo freno". 

En Yerba Buena, la línea llegaba hasta "el pie del cerro", donde debió hacerse una rotonda para que puedan retornar. Recordemos que su maniobrabilidad está limitada al cableado disponible. En ese sentido se limitaba como el tranvía, pero a favor, estaba la posibilidad de "esquivar" un auto estacionado, por ejemplo. 

En esa época, la Avenida Aconquija era de una sola mano: la que actualmente es la mano "sur", o sea con el recorrido "Oeste - Este". Esto hacía que en el momento que se encontraban un "trole" que subía con otro que bajaba, uno de los dos choferes debía bajarse, y tirar de unas cuerdas para descolgar los cables, y de este modo permitir que el otro vehículo lo sobrepase, ya que se usaba el mismo cableado.

Cuando esto sucedía, decíamos que el chofer "iba a bajarle los tiradores" al troley. Quejosos como somos y fuimos siempre, recuerdo el "huuuuu....." casi generalizado de los pasajeros cuando se veía venir al otro coche en dirección contraria; sobre todo, cuando se sabía que "su" trole era el que debía "bajar los tiradores" y así demorar el viaje un par de minutos más. Poquísimos, pero suficiente para que los impacientes desinflaran su "huuuuu....".

Como generalmente ocurría con los organismos del estado, este medio de transporte daba pérdidas al estado (¡¿?!), aunque en manos privadas es un medio que da utilidades en cualquier parte del planeta. Conclusión: debido al déficit, este buen medio de transporte es levantado en 1962 con la liquidación de la Dirección Provincial de Transporte.

Nota: en el límite Este entre Yerba Buena y San Miguel de Tucmán, "El Cristo", o sea en la intersección de Camino al Perú, Avenida Aconquija, Mate de Luna y Alfredo Guzmán, también se hace otra rotonda que permitía a algunas unidades retornar hacia "el centro".  Recuerdo una excelente fotografía en la que "El Cristo" se veía rodeado por esa extraña corona de cables.  No pude conseguirla y si alguien la tiene, agradeceré la envíe para su publicación.

El “Cajón”

     El "Cajón"

Para conocer esto tenés que: 

1) Haber vivido de Yerba Buena.
2) Tener más de cincuenta años. 

Era la época del 102 peor que la actual. ¡Sí, chicos! peor que la actual. Venían cada 40 minutos y eran tan pocos coches que los conocíamos. "Carlitos", el más "facherito" de todos, pero no muy cabedor que digamos.
Y de todos, el más famoso: "El Cajón". Su nombre le fue asignado por su extraño parecido a un féretro. Generalmente no tenía vidrios en sus ventanas y estaba bastante destartalado, pero tenía tres grandes ventajas: una de ellas, era "cabedor". La segunda, su mecánica. Increíble, pero no fallaba jamás. Los otros, sí. Por todo eso, la frase obligada cuando lo veíamos llegar desde la parada, era más o menos ésta: "¡Huy! ¡viene el cajón! pero bueno, ahora entramos todos y llegamos seguro."
Vos que sos joven y te quejás (todavía con razón), ahora no te quedás varado en la "cola" del bondi. Antes, eso era una especie de lotería. Una sorda angustia te hacía relojear la cola y calcular hasta dónde el fercho diría la frase fatídica: "¡¡No suben más, esperen al otro!!"... con lo que los desafortunados tenían (teníamos) que continuar haciendo cola para esperar al otro coche. Como el "cajón" era grande, ahí entrábamos todos, seguro.
La tercera ventaja merece un punto aparte: su chofer. No recuerdo el nombre, pero era un hombre menudo, calvo, con un humor excelente. Daba gusto subir y encontrarse con su sonrisa, con sus bromas, su cortesía, su buena onda con todo el mundo y sobre todo, su orgullo de tener a su cargo el único coche que no se rompía nunca. Este chofer disfrutaba horrores cuando el coche "de adelante" se rompía y debíamos hacer trasbordo a "su" coche... y mientras subíamos, siempre decía... "ahí está, ¿ven? que el cajón no sirve, que el cajón es feo, pero cuando los otros se rompen el único que los salva es el cajón". Me gustaba su humor. Me gustaba su orgullo.
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Mi amigo Luis F. Cartes me aportó el apellido del chofer: Artaza.  Además de eso contó una anécdota que cabe compartirla aquí: cuando siendo muy chico tomaba el colectivo de Artaza, miraba atentamente cada movimiento del conductor: cómo coordinaba los pedales, la secuencia de los cambios y cada detalle del proceso de conducir. Con eso, aprendió a manejar y comenta que cuando le tocó ponerse frente a un volante, bastó recordar esas "lecciones" que -sin saberlo- le había obsequiado don Artaza y manejó como si siempre lo hubiera hecho.
Gracias Luis Cartes, por el dato y por tan simpática anécdota.




Una referencia al transporte público en “La Nota del Día”



“La Chanchita”

Y ya que estamos, sigamos con los bondis de antaño. Estaba la otra línea, la de "La Rinconada". Era la línea 61 por aquel entonces.  Se manejaba con viejos coches con modelos de camiones de parecidos a ésos que se ven en las películas de la segunda guerra mundial, ésos ñatos y cortitos. En realidad, me dijeron que se trataba de un modelo de Fiat y no de la guerra. El caso es que si a un mionca de ésos le ponés la sotana de colectivo, queda una especie de croqueta, una especie de chizito, pero en esa época no había chizitos, así que se lo apodó "La chanchita".
Subir a la chanchita era una lotería. Había un alto porcentaje de probabilidades de quedar varado en medio del camino. Motivos no faltaban. ¡tantos elementos mecánicos hay dentro de un ómnibus!
Chofer y pasajeros lo sabían. Era algo habitual, casi... folklórico, diría yo. Por eso, cuando la chanchita se balanceaba atorada de pasajeros, dos o tres de ellos sobresaliendo de la carrocería y con la punta de los zapatos pisando el estribo más bajo mientras los brazos estirados permitían que las manos puedan asir las manijas "ad hoc", de pronto comenzaba a surgir un humo blanco que... no, no te confundas... nada que ver con el Vaticano (sin ser irrespetuoso). Era el vapor de alguna manguera del radiador que se rebelaba a seguir prestando servicios en los veranos tucumanos... y dejaba fluir el líquido en su estado fantasmal. (gaseoso, dicen algunos.)
En ese momento, el fercho bajaba y decía, simplemente:
¡No anda mássssssss!  y la tropa debía bajar, ora al frente de la maternidad, ora en el "camino del Perú", o en cualquier otro insospechado punto de evacuación obligada de la nave.
Me pregunto dónde estará la chanchita ahora. ¿habrá llegado a ser alguna reciclada lata de duraznos, tal vez? 

El Serrano

Si, ya sé. Me entusiasmé con los bondis. Esta vez algo cortito: El Serrano. El bondi que te llevaba a San Javier. Coche único durante mucho tiempo, y por ahí creo que hubo dos. No sé si más. Si estás leyendo y lo sabés, corregime.
El Serrano era un Bedford rojo con algunos vivos de color en su decoración, que supo ser el indiscutido medio de transporte a las bellezas de San Javier pero que se quedó en el tiempo. No pudo, no quiso o no supo avanzar con los tiempos y los coches cada vez estaban peor.
Yo recuerdo -esto es real, créase o no- que una vez bajé del cerro con el bondi sin volante. ¿Lo qué? Pues... sí, así como lo leés. El bondi no tenía volante. El eje del volante tenía cruzado un trozo de palo de escoba, lo que configuraba una suerte de manubrio colectivístico y, si tenés en cuenta que el camino al cerro no es precisamente un camino recto, te imaginarás la habilidad que debía tener el fercho para hacer que todos llegáramos a Yerba Buena por la vía del pavimento y no por una brusca cortada involuntaria desde el costado del camino.
Si lo viviste, contámelo, así tengo más testigos de que esto es verdad.
Desde luego que la historia del trasporte público en Yerba Buena es mucho más rica y más antigua que la que aquí menciono. Sólo se trata de contar algunas anécdotas sin más pretensiones.

4 comentarios:

  1. ¿Hay fotos del trencito?

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  2. Acabo de subir una foto de La Gaceta.
    También agregué un link que amplía el tema del transporte incluyendo a San Miguel de Tucumán.

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  3. Muy interesante!! Buenisimo

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